Cuando la poesía, se trasforma en cine, matizada bajo las muestras de un realismo dramático, propio del películas italiano de la época; nos da como resultado una historia realmente conmovedora sobre la bondad, la humildad y la búsqueda del verdadero amor, en un mundo aparentemente cruel y sin sentido.
Cabiria es el pseudónimo de una prostituta de los suburbios de la Italia de ese entonces. La impresión que da, llega por momentos, hasta el punto de lo subreal, dada su actitud ingenua; al buscar amor en cada hombre que pasa por su frente, en los que cree, que puede verse saciada, su afán de satisfacer su plano sentimental idealista, unido a su deseo de dejar su vida nocturna, esa vida, de noches que por tantos años la acompaña en su oscura soledad.
Estos ideales, ajustados aparentemente a chicas, de un mundo muy diferente, el cual precisamente, no son las Ternas de Caralla, lugar donde trabaja; La convierte en un ser inocente, romántica, soñador, aun, cuando sus sentimientos, han sido casi arrebatados, por la mala fortuna, de tropezar con hombres, que ven en su necesidad de afecto tan solo, una fuente de dinero.
También se puede observar un sentimiento religioso católico, guiado por su anhelo de la satisfacción afectiva, que por su historial ha creado en ella una actitud escéptica con respecto a este tema, aun así, Cabiria, intenta esconder sus desventuras, de una sórdida realidad, pero que por un momento, se despoja de su aparente coraza, dejando aflorar su sentimientos, bajo una luz hipnotízate. ahora tendrá el reto de volver a confiar, de amar, y después de su peor decepción amorosa; vivir o morir, sumirse o Salir, a pesar de que su sonrisa, va estar nuevamente opaca , por los despojos producidos , a causa de ese nuevo amor, materializado en la perfección de un hombre.
Giulietta Masina, es quien interpreta a Cabiria, su sobrecogedor representación unida al esplendoroso, profesionalismos de Fellini, los llevan a un reconocimiento recompensado, con numerosas premios entre 1957 y 1958 como, en el Festival de Cannes y en los Premios de la Academia con el Óscar, a la mejor película de habla no inglesa, entre otros, además de elementos que caben resaltar, como su sencilla pero, planificada luminosidad , la majestuosidad de un bosque que pareciese que estuviese hecho, para el típico final feliz , pero nos sorprende con el mas desconsolado y triste desenlace.
Por último quisiera resaltar que el reconocimiento más importante, es ese sello, que crea un recuerdo perdurable en los espectadores, de una tierna pero patética Cabiria, que lleva a desplazar a los demás personajes, robándose el dinamismo de la historia, al lograr comunicar su realidad de miserias y sueños de grandeza, un complemento de profesionalismo escénico interpretativo , evocándonos a una reflexión acerca de esta vida toxica, cruel pero real , de una sociedad amalgamada para satisfacer sus ansias de maldad, que al igual que el mundo como el de hoy en día, aun sigue exigiendo provechos, envistiendo sentimientos o más aun vidas y valores de una sociedad los suficientemente ya caótica, que olvida el significado de lo que realmente significa vivir y amar .
YAYITA ARIAS